Al nacer Jesús reinaba en Palestina Herodes I el Grande (Mt 2,1)1-12., Evangelio de Mateo. Visita de los Magos. 2 , rey vasallo del emperador romano. A la muerte de Herodes (año 4 a.C) se dividió el reino entre sus tres hijos, con el consentimiento del emperador Augusto, quien, sin embargo, haciendo caso omiso del testamento de Herodes, no otorgó el título de rey a ninguno de los tres
Judea, la provincia del sur, cuya capital era Jerusalén, y Samaría, la del centro, le tocaron a Arquelao (Mt 2,22)13-23., Evangelio de Mateo. Huida de Egipto. Matanza de los inocentes. Retorno de Egipto. 2 como etnarca o reyezuelo. Galilea, provincia del norte, con la capital en Tiberíades (Jn 6,1.23)Segunda Seccíón: La Segunda Pascua. El pan del Éxodo.Jn 6,1-21,El nuevo maná: Jesús el pan de vida.Jn 6,22-40 y la Transjordania al este, recibieron por tetrarca o virrey a Herodes II Antipas (Lc 3,11-20., Evangelio de Lucas. Investidura profética y predicación de Juan. Lc 3 ; 13,31 21-38., Evangelio de Lucas. Investidura mesiánica de Jesús. El bautismo. Lc 3). Otro hijo, Filipo o Felipe, heredó, también con el título de tetrarca, el territorio del este del Jordán y del lago de Galilea hacia el norte; su capital era Cesarea de Filipo (Mt 16,13 y paralelos).
Arquelao, debido a su crueldad, fue depuesto por el emperador Augusto y desterrado; en su lugar, Roma nombró un procurador o gobernador (año 6 d. C).
Herodes Antipas se mantuvo en el poder hasta el año 39, en que fue depuesto y también desterrado por el emperador Tiberio. Su tetrarquía o virreinato pasó a depender de la provincia romana de Siria.
Filipo permaneció en el cargo hasta su muerte (año 33/34 d.C). tras ella, también su territorio dependió de la provincia de Siria,
El año 41, el emperador Claudio concedió a Herodes Agripa I, nieto de Herodes el Grande, el título de rey de Palestina, pero, tras su breve reinado (41-44 d.C) la totalidad de Palestina pasó a convertirse en territorio romano, administrado por un procurador, bajo la supervisión del legado de Siria.
El gobierno romano dejaba a los judíos cierta autonomia. Herodes Antipas, en el norte, gozaba de relativa independencia, y, en el sur, el gobernador romano no tenía derecho a inmiscuirse en los asuntos internos de los judíos. Sin embargo, las excepciones a esta manera de proceder eran frecuentes y crearon conflictos, que fueron la causa principal de la rebelión de los judíos contra Roma (año 66), provocando la destrucción de Jerusalén (año 70) y la ruina completa de la nación.
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